Todas las técnicas de venta se pueden resumir en una: "El caso es vender". Porque si no, no sería una técnica de venta.
Esto es lógica básica, pillado, ¿verdad?
Se añade la premisa: ¿Cómo?
Ajaaaam, esta no es tan sencilla, pero se puede distinguir dos casos generales a partir de la extensión de la tienda. Así, lo más normal es que en una tienda grande pasen de tí y en una tienda pequeña te tengan controlado.
Esto también es básico y absurdo, así que voy a un fenómeno concreto que suele pasar en la variante 2, tienda pequeña, y que debería ser exterminado:
ACOSO DEL DEPENDIENTE-AMIGUETE.
Debería además ser penado por ley, porque si el acoso laboral se pena, el acoso en el tiempo de ocio es para ponerle una demanda y darle un par de castañas. Por abusón.
A lo largo de mi vida he sufrido esta técnica de venta, mayoritariamente por parte de mujeres pero también por parte de hombres. ¿Hombres gays? No necesariamente. Una vez sufrí a un dependiente que a todo decía: "Uis, mi hija la mayor se lo ha cogido en cuanto llegó porque la verdad es que es monísimo para el instituto, porque vas al instituto ¿verdad?, además te queda fenomenal con los pantalones, es muy ponible". Con esto demuestro dos cosas: que este tipo de acoso frustra, porque hace exactamente 9 años de esto, y sí, iba al instituto y aún me acuerdo; y que se inventan palabras que utilizan constantemente haciéndote creer que existe, pero ¡no! ¡"ponible" no es nada! Si la ropa no es "ponible", ¿qué es? ¡Un, dos, tres, responda otra vez!
Lo que si tienen en común es que en cuanto te ven entrar, se te abalanzan, te huelen cual presa indefensa y empiezan una maniobra de acoso y derribo basada en...el apelativo cariñoso. El dependiente que adquiere el modo "acosador amiguete" introduce en todas y cada una de sus frases un apelativo del tipo: cariño, corazón, tesoro... Voy a poner el ejemplo REAL.
Calzedonia. Calle Preciados. Madrid. 12.05 de la mañana. Sol justiciero.
Misión: Comprarle un biquini a una amiga con motivo de su cumpleaños.
Estado de la misión: Chungo. Me había recorrido 8 tiendas en la hora anterior y no había conseguido nada más que un cabreo monumental por la pérdida de tiempo. Añadir que odio más que nada ir a comprar ropa.
Estado de la tienda: 5 metros cuadrados en planta a pie de calle. Escaleras y 5 metros cuadrados de planta baja. 4 dependientas. Si, si, 4. Todas en modo "acosadora amigueta".
Clara: Hola.... (me encamino directa al objetivo: hay 3 paneles llenos de biquinis...rápido, rápido...)
Plantel de dependientas: -¡Hooola!!!:D:D:D (léase en tono cantarín)
DAA1 (Dependienta acosadora amigueta 1: pirsin de leopardo en el bigote...con esto vale, no?): Cariño, ¿te podemos ayudar?
C: No, gracias, sólo miro.
DAA1: Am, vale corazón, a cualquier cosa...
Se gira y antes de que se haya dado media vuelta...
DAA2: Dime, ¿te echo una mano guapa?
C (en modo flipando): Eeeh..no, no...si es que es para un regalo y estoy a ver que le podría gustar...
DAA2: Ay, pues aquí tenemos el catálogo, que yo cualquiera que me digas te lo saco y...
C: Nooo, no, no, con lo que veo me vale.
DAA2: Bueno cariño, pero mira, tenemos en liso y estampado, con aro, triángulo y con esto más anchito por si..
C: Si, si, si lo veo. Gracias eh..
Inicia modo retirada para que la DAA1 vuelva a la carga. Gracias a Dios, DAA3 tenía otra víctima y DAA4 estaba arriba, así que sólo he tenido que sufrir a dos:
DAA1: Oye cariño, que tenemos tallas, eh?
C (en modo te pego una castaña y me quedo tan agusto): Que es para regalo...
DAA1: Y qué tesoro, ¿ves algo que te guste? ¿Qué color querías: doradito, rosita...?
Dejemos a Clara perdida entre licras....
Otra cosa curiosa lingüísticamente hablando de este tipo de dependiente es que desarrolla una predilección por los sufijos de tipo -ito, con frases tipo: "Con esto te iría muy bien una camisetita que tengo por aquí..", "si, este azulito te queda monísimo" o "y unos pendientitos resaltarían mucho la melena...mira este verdecito chillón.."
Pero el acoso se hace efectivo en la fase probador. Y aquí hay dos modelos. El acosador que se corta y el que no. El que se corta un pelo es el que cuando sales del probador te pregunta "¿qué tal, cómo te queda cariño?". El Acosador con A es el que se mete al probador y pide que salgas para que él/ella te vean cómo te queda. Y la respuesta es unánime: "Aaay, ¡¡qué bien!!" ..."Pero si no me cierra la cremallera"... "No, pero eso con una tallita más, pero el estilo te queda divino corazón"...
Y si ve que contigo no tiene mucho éxito, inicia un ataque al acompañante. Sí, mi madre siempre cae. Pero contigo nunca pierde el interés e insiste e insiste, hasta el punto de crearte una dependencia emocional del tipo: "si es que si no le compro algo, llora". Y este es el peligroso poder del dependiente que utiliza esta técnica.
Clara, perdida entre licras, cayó. Básicamente, cogió una parte de arriba que combinara con una de abajo y salió huyendo. Y esto es lo que aprendemos los compradores ante esta técnica de venta: huid. Preferiblemente antes de someteros a ella.
Compré este, por cierto...