domingo, 24 de mayo de 2009

Anestesia


Últimamente las comedias tienen un fuerte filón e inspiración en los libros para chicas. Libros de lectura ligera, agradable, que te harán esbozar alguna sonrisa y poco más, porque al leerlos te autoconvencerás de que eso no pasa, que sólo pasa en las películas. Y aquí viene la avalancha de películas para reafirmarte en tu punto de vista.
Si bien esas películas son absolutamente dañinas para la estética, la ética y el ego, la realidad es que siempre se cae en la tentación de su visionado. No voy a usar el se impersonal: voy a ser valiente. Yo. Yo acabo viendo “27 vestidos”, “La boda de mi novia” y últimamente, “Confesiones de una compradora compulsiva”. Éste último título tiene todo para darle a la flechita de siguiente, pero había algo que resonaba en mí.
Cuando se estrenó esta película hace un par de meses, su única pretensión era ser la tercera película, tras “El Diablo se viste de Prada” y “Sexo en NY” en la que se veía como lo más normal del mundo tener unos zapatos de Prada y un abrigo de Yves Sant Laurent que la protagonista luciera con desparpajo, resultar graciosa, ponerte a un señor moderadamente atractivo que resultara un auténtico amor, un par de situaciones de apuro para la adorable protagonista y hacerte la hora y media que dura un pasatiempo. Y por supuesto, salir del cine entre contenta y con un suspiro. Contenta porque la chica adorable se lleva al chico moderadamente atractivo (esto de moderadamente viene porque no es una belleza evidente que puedas decir guapo, pero al final acabas tan pillada como la prota) y con un suspiro de reafirmación: esto sólo pasa en las películas. Como película, si ya de paso reventaba taquillas, pues divinamente que para eso las hacemos.

Pero esta película saltó a la fama por algo que no se esperaba. Varios columnistas de medios estadounidenses criticaron duramente que en medio de una crisis económica, la película que se estrenara fuera sobre una chica que compraba compulsivamente, que era una falta de decoro por parte de los productores. Y ves a la pobre actriz defendiéndose de que la moraleja de la película es justamente lo contrario. Es cierto: por lo visto, no acabaron de verla (lo entiendo, por otro lado)

Hoy me ha contado mi madre que ayer estuvieron en una boda en la que el cubierto costó 240 euros. La voz se corrió, pero ya dijo mi madre que se corriera todo lo que hiciera falta que ella 500 euros, los suyos y los de mi padre, no echaba en una boda de un primo. El sitio, un cigarral en Toledo, por lo visto es la mayor expresión del buen gusto, tanto en las incomparables vistas de todo Toledo, como en la comida y hasta en los adornos de nácar de los platos. Este sitio está con lista de espera, hay gente esperando gastarse 240 pavos por cubierto para celebrar su boda. Y eso el cubierto, que no quiero ni pensar en lo que cuesta toda la boda.

Desde que se anunció públicamente la crisis, la venta de pintalabios de color rojo pasión y de productos de maquillaje ha aumentado un 25%.

Cuando el llamamiento por parte de las autoridades y del sentido común es a hacer recortes y apretarse el cinturón, la actitud de la gente es exactamente esa: hace recortes y se aprieta el cinturón. Pero la gente necesita, nosotros necesitamos creer que no nos reducimos a eso, necesitamos aparentar. Y por eso, cuidamos de que aunque nos toque repetir el traje, nuestra apariencia sea fantástica y nos encargamos de que aunque tenga que estar hipotecado tres años, tengo que hacer de mi boda una celebración espectacular. Es algo malo, si. También es un ataque contra la estética, la ética y el ego. Y el sentido común. Tanto como las comedias románticas, pero lo necesitamos. Necesitamos sentirnos que durante esa hora y media, durante ese día de mi boda, durante este momento en el que me siento radiante tan bien arreglada, las facturas no me duelen, el tener que quedarme en mi casa sin salir no me molesta y el hacer planes se tiene que reservar a mi imaginación. Será un suspiro, pero estaré algo más contenta.

La película es mala, no se castiguen. El pintalabios rojo, si eres morena, te queda divinamente así que duro con él. Y el cigarral de Toledo…eso sí que es como en las películas. :)

1 comentario:

  1. Ejem... ¿me estás queriendo decir que has visto Shopalcoholic y te negaste a ver Repo!? whatstrongveryhard!
    Me ha gustado el post :D

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