viernes, 19 de febrero de 2010


Porque el mar, los océanos,


igual que acunan pueden engullir.


Y aún así, todos buscamos luminoso amanecer,


propicio viento.


Adentro, mar adentro mientras quede un solo remo.


Manolo García. Morder el polvo.


lunes, 15 de febrero de 2010

La vida te da sorpresas

Cuando yo entré en mi santa y adorada carrera, de Filosofía éramos 4:
Bruno
Juan
Jimena
y servidora.
Bruno acabó casándose con una mexicanita también filósofa que vino a hacer un intercambio y ahí sigue, con una niñita absolutamente preciosa. La carrera no colmaba por lo visto sus necesidades y acabó perdiéndose por estudios judeocristianos y corrientes varias. Un tipo interesante, Bruno. Y muy amable.
Juan es una de las incógnitas de mi vida. Me cuesta definirle, quizá porque no existe definición que pueda dar cuenta de su genio, de su rareza, de sus lastres y de sus soledades. No ha sido amigo, no ha sido compañero, no ha sido colega. Simplemente, coexistíamos, pero le tengo un cariño especial, tan especial como él.
Y Jimena. Adoraba a Jimena. Una chiquita menudita, peruana de acento argentino, que me sacaba 7 u 8 años por aquel entonces, no recuerdo muy bien. Ahora bien, en tan "poco" tiempo le había dado tiempo a hacer miles de cosas: interpretación, filosofía, capoeria, baile... Era siempre una gozada hablar con ella, sobre todo si, como yo, tenías 18 años y eras fácilmente impresionable.
Y hace...4 años le perdí la pista: volvió a su Perú y mira tú por donde que se nos convirtió en actriz de éxito. Y ahí la tenemos presentando programas de la tele, con proyectos de teatro, un blog (http://lindimismayo.blogspot.com/), y siendo ya mamá.
Estoy impresionada, ciertamente.
Y hoy una de anécdotas: Para mi curso hizo las entrevistas de selección Letizia Ortiz, princesa de Asturias. Que frikada.
Sean buenos y felices, y háganse actrices y actores o directores o arrrgo y dediquénme premios, que ayer ví los Goya y qué envidia me dió... Que por cierto, felicidades a mi Raúl Arevalo (brutalísimo, vean su parte de 8 citas con Cecilia Freire, está en youtube); a Marta Etura que es lindísima y lo hace divinamente, a Monzón y Guerricaecheverría por hacer un peliculón enorme, a Tosar (¿hace falta que diga por qué?) y a Alberto Ammán, que es PRECIOSO. ¡Y a Lola Dueñas, que me cae mu ricamente!
Paz Vega, eres tonta. Eras tonta y mala actriz en Siete Vidas; tonta, mala actriz y o enseñabas las tetas o no existías en todos tus bodrios infumables del estilo de "Lucía y el sexo".Y ahora sigues siendo todo eso pero vestida por tu peor enemigo, llamando a tu hija Ava para hacerte la alternativa y mirando por el rabillo del ojo. Pero mira que eres estúpida.

viernes, 12 de febrero de 2010

Reflexiones de filoprofa


Me estoy leyendo el nuevo libro de Arturo Pérez Reverte, la colección de artículos publicados en el "XLSemanal" que han reunido bajo el título de "Cuando éramos honrados mercenarios". En él se suceden, con un manejo del lenguaje impresionante y que despierta en mí la más honda de las envidias, los temas que preocupan a mi admirado Arturo, que con el paso de los años está ganando en ironía y perdiendo diplomacia, que no buenos modos. Que sí, que no sabe terminar una novela (ahora bien, "La Reina del Sur" es uno de los mejores libros que me he leído en mi vida y juro que sí supo terminarlo), pero como articulista, su experiencia, prosa y buen juicio no tienen precio. Recomiendo encarecidamente pues su lectura, porque al menos yo estoy devorando el tomazo.
Uno de los temas más recurrentes en sus publicaciones es la educación, los maestros y los jóvenes de hoy en día, en cuyas tesis estoy de acuerdo casi en su totalidad. Esta es también una de las temáticas más habituales en mis conversaciones.


Creo recordar haber contado ya a mis... 5 lectores, que en los casi 5 meses que llevo como profesora, mi mayor apoyo está siendo mi jefe de departamento, Javier. Es un hombre amable, educadísimo, siempre atento, bueno hasta rabiar, excelente maestro, hiper-responsable, inteligente y reflexivo, entregado y con dos hijos medio filipinos y una mujer filipina entera que hacen de su familia una de las más encantadoras que he conocido. No tengo palabras para describir lo que están significando para mí sus conversaciones, sus enseñanzas y sus silencios, dejándome hacer mi propio camino siendo él un acompañante fiel. Tenemos muchos puntos de vista prácticamente iguales porque los dos compartimos la misma visión de la enseñanza: es un difícil arte para el que no hay recetas ni pedagogias (ni mucho menos cantamañanas que te dicen qué se ha de hacer sin haber pisado un aula) sino un profundo amor por tu profesión, por tus chavales y por ser para ellos acompañantes y guías en su camino. Este tema nos lleva a largas conversaciones sobre la educación que pueden durar horas sólo sostenidas por la absoluta importancia que tiene para nosotros el tema a tratar.


Por eso, me llama la atención el comentario que me pone un anónimo. Primero me llama la atención porque pueden comprobar que mi blog no es muy propenso a comentarse: nunca he conseguido arrancar más de 3 comentarios, lo cual no está nada mal. Pero además, dice esto:


"Clara, me parece que en el empeño de un profesor o un educador cualesquiera, si se trata de construir un espíritu crítico en cada uno de sus alumnos, algo que también considero principal, irremediablemente estarás confirmando que los puntos de vista sobre un mismo objeto son múltiples, y que por lo tanto, lo relativo de las cosas y el ángulo con el que se miren quedaría confirmado. Estoy de acuerdo en que todos debemos mantener una ética mínima y común, pero debemos ser más flexibles ante la realidad de modo que podamos ampliar el zoom para nuestro mejor entendimiento. Por lo demás, me parece que alguien que se preocupe en reflexionar sobre su trabajo merece el más sincero de los aplausos. Si esto fuese común a todos, cuanto mejor nos iría"


Llevo ya unas cuantas lecturas del textito. Gracias de antemano por escribir y por la bonita alabanza de las últimas líneas: ojalá las reflexiones produzcan frutos reales. Ahora bien, me resisto a creer que todo sea relativo. El conocimiento es inagotable porque aunque lo conociéramos todo, siempre podríamos verlo desde otro punto de vista y negar esta realidad sería frustrar efectivamente nuestro entendimiento, mutilarlo para acabar probablemente enarbolando un dogma bajo el cual desarrollaríamos un fundamentalismo. Perfecto. Ahora bien, considero que tienen que existir realidades más allá de lo sujetivo y lo intersubjetivo. Tiene que haber cosas que estén irremediablemente bien, como el amor de una madre a su hijo o la compasión ante el prójimo que sufre. Sobre esas realidades intemporales, que no deberían cambiar según contextos ni intereses, es sobre las que podríamos construir todo nuestro edificio de conocimiento, al menos de conocimiento sobre cuestiones éticas. ¿Abrir el zoom? Siempre. ¿Plantear que mi interpretación de la realidad no se ajusta a la realidad misma? Constantemente. ¿No jugársela por nada porque todo depende del punto de vista? Nunca. Hay cosas por las que creo que hay que jugársela, apostar. Y eso es justamente un espíritu crítico: saber qué vale la pena y qué no. Y ojalá sepa yo siempre reconocerlas y ojalá sepa enseñar a lo mismo. Pero quedan muchos planteamientos, muchas preguntas, muchas horas de despacho y de momento, las respuestas se me volvieron perezosas.


A veces, cuando pego estas parrafadas me siento culpable por los 5 pares de ojos. Pero quiá, me han picado.

Sean buenos y felices.