Del paso del tiempo.

Hoy, 21 de junio, es el día de la música. Cantantes tan adorados por mí como Vetusta Morla y Russian Red están exactamente a 7 minutos de mi casa cantando gratis, en el Matadero de Madrid, lugar de cultura modernita por excelencia. El Matadero se ve perfectamente desde la ventana de mi habitación, porque sólo nos separan un descampado y el río Manzanares. Y no, no estoy allí no porque no quiera, aunque como no hay nada que nos separe, parece que tengo a Russian aqui sentada en mi cama. Un saludo a mi casero desde aquí, por tener una casa que da a una de las calles con más tráfico y jaleo de Madrid y poner las peores ventanas del mercado. También le saludo por ponerme un aparato de aire acondicionado que acondiciona lento y mal, pero hace un sonido de avión aterrizando de lo más reconfortante. Y no sigo que me pongo, me pongo y acabo mandándole besos y no lo quiera Dios...

Pues hoy, 21 de junio, día en el que dos de mis mejores amigos hacen 6 años de relación (uau!!!) y día de la música, también es el día en el que me he graduado. Soy casi licenciada y el casi es porque mi universidad es privada. Y aunque sigan todas las directrices del Ministerio de Educación (interesados en el ministerio, hay un post buenísimo en menéame hoy sobre el Ministerio de Igualdad: http://meneame.net/story/como-explico-parado-gastamos-80-millones-euros-igualdad) respecto a lo que un Licenciado de Filosofía debe saber y por tanto, para que el rey nos sople un autógrafo, al ser privada, tenemos la Licenciatura como "no oficial". Lo oficial nos viene cuando hacemos y aprobamos un examen de toda la carrera, con 40 temas, a presentar uno delante de un tribunal compuesto con dos profesores propios de mi universidad y tres profesores de las universidades públicas. Este último paso que daré, espero que con éxito, el día 26 a las 9.30 de la mañana en el aula 201 es lo único que me separa de la licenciatura. Examen de grado se llama y sí, está convirtiendo este último mes en uno de los peores de mi vida, o al menos, uno de los más largos.

¿Por qué teniendo el examen más importante de la carrera en 5 días mi universidad me pone mi graduación justo hoy? Por joder. Porque a ver a quien se le ocurre que yo me gradúe y la celebración sea irme a mi casa a seguir estudiando. Eso es tortura pura. Pero tranquilos, el 26 me resarciré. Desde aquí, hago un llamamiento para el día 26 con dos palabras: a tope. ¿Entendido, no?

Independientemente de lo malo de la fecha y de lo poco, poco, poquísimo que me gustan estas celebraciones con tanta pompa y boato, en las que tanto hemos repetido lo magnífica universidad que somos, donde ha ido tanta gente magnífica y todo ha sido magnífico, hoy ha sido un día especial.

Me encanta mi carrera. Pienso seguir estudiando filosofía y ahora tengo más claro que nunca que no me equivoqué, lo cual es un punto importante porque jamás como ahora me he sentido tan perdida, sin saber qué hacer, de qué vivir, incluso de dónde vivir. Sé que en estos cinco años se me ha abierto un mapa, sólo eso. Salgo con la conciencia de no tener idea de nada, pero sabiendo que no soy la misma que cuando entré. Me voy con pena, porque mis años de universidad a este nivel han sido muy especiales: me he divertido a rabiar, me han pasado cosas increíbles, he conocido a gente que jamás creí que pudiera conocer, he aprendido muchísimo y he querido más aún. Odio decir cosas de estas, porque parecen Coehladas (dícese de las gilipolleces con las que Paulo Coehlo llena páginas y páginas de libros que suelen ser best-seller porque a la gente le encanta escuchar aquello de que si sueñas una cosa con toda tu alma el universo conspirará para que se cumpla..Pffff) pero es que la sensación es la de haber cerrado una etapa de tu vida sin estar tú muy de acuerdo y encima, que no te digan cual es la siguiente, es de difícil expresión. Cuando hoy veía juntos dos mundos que bien me he encargado de separar (mis amigos y familia de mi carrera y gente de la uni) más por salud mental que por otra cosa (y porque le llego a mi abuela diciendo algo de filosofía y se da media vuelta y se va) me daba la impresión de haber perdido el control de mi vida. Que las cosas se acaban y que no hay movimiento por muy hábil que sea, que evite que el hecho de que has crecido y tus circunstancias crecen contigo. Y por una parte siento un enorme agradecimiento hacia toda la gente que me ha acompañado en el camino, hacia toda la gente que apareció en un momento y que ya no está, hacia toda la gente que han configurado muy muy mucho mi forma de pensar y mi pensamiento mismo. Que cuando yo llegué era una puta cría perdida en Madrid, con 17 años, que acababa de estrenar móvil porque se iba de casa (creo que en mis primeros 5 días en Madrid me gasté 20 euros... en mandar mensajes xDDD), que se venía con sus amigas y que por primera vez en su vida tenía una habitación ¡para ella sola!, que se dejaba a sus dos mejores amigos en el pueblo y les echaba dolorosamente de menos en cada momento, que flipaba por no tener que dar explicaciones de qué hacia y cuando lo hacia a nadie, y que se presentó en la uni y el más pequeño de su clase tenía 24 años, 6 más que yo. Y encima era del Congo. Manda carallo donde me fui a meter.

¿Y ahora? Pues mira, sigo siendo una puta cría. Y por eso, a la vez que siento agradecimiento, siento miedo, inseguridad. Y a veces pienso que si pudiera mirar el futuro durante 5 segundos y ver dónde estoy dentro de 6 meses, estaría mucho más tranquila. Pero la realidad es que no puedo, es que ahora, hoy por hoy, tengo una banda blanca y amarilla, 40 temas que aprobar y muchas, muchas opciones.

Voy a los 40. Sean buenos y felices.